Allí se hallaba el pelirrojo, maniatado, vigilado por 4 guardas, uno a cada esquina de la habitación.
- Me estoy cansando de esta maldita cadena. ¿Por que no me sacas a dar una vuelta, como en los viejos tiempos?
- Ya has traicionado mi palabra mil veces, ¿por que tendría soltarte, otra vez?
- Ja – sonrió maliciosamente Donovan - ¿y por qué no?
- ¿Por que no me dejas hablar con Kris un rato?
El pelirrojo se abalanzó sobre Johann con una mirada desafiante, los guardas le apuntaron con sus armas en un segundo.
- ¡Él ahora mismo esta muerto!
Johann lo cogió del cuello con una mano.
- Estará “muerto”, pero puedo sacarlo cuando quiera, así que la próxima vez que vuelvas a mirarme de ese modo, te iras derecho a la sala del castigo.
-Por mi, como si me metes ahora mismo, se que te gusta….torturarme… y para que engañarnos… a mi también me gusta… - se lamió lentamente el labio inferior.
- Ah ¿si?…. ¡Guardia! Se acabó la hora de hacer ejercicio.
Acto seguido aparecieron dos guardias más con una camilla con correas, una camisa de fuerzas, un bozal y una jeringa.
- Ya sabes lo que toca, si mantienes la boca quietecita, no pasara nada.
- Entonces es muy aburrido – miró maliciosamente a uno de los guardias mientras se relamía – mmm, veo que ya te ha cicatrizado…
Tras varios intentos consiguieron inmovilizarlo y llevárselo.
- Johaaaaann~

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